Javier Osto:
Juventud venezolana: Esto antes no era así (IV parte)

Quizás mucha de nuestra juventud, sobre todo aquellos  que nacieron a finales de los años noventa y principios del siglo XXI  y que poco a poco se han ido insertando como es normal, en el devenir de los acontecimientos de la vida y el desenvolvimiento del país, pensaran que Venezuela siempre ha sido así. Es decir, un país en decadencia.

 I

Que el desempeño de los  factores de gobierno  siempre se  ha manejado de la forma arrogante y preponte en que lo hacen en la actualidad. Que nuestra economía ha tenido esta  decadencia fatal que tiene y que nos arrastra a todos hacia un abismo descomunal.  Que la inflación se disparaba a cada rato sin ningún control. Que la educación y formación de nuestros niños  y jóvenes ha sido tan pésima  como la que se imparte ahora, donde la mística y el altruismo ya no son los elementos esenciales del proceso educativo.  Que las empresas básicas y de hidrocarburo fueron esas que en la actualidad son caricatura de lo que realmente eran antes.  Que el chantaje ha prevalecido siempre en las esferas de impartir justicia, donde el  pranato  es parte del dominio de importantes sectores y controlan la forma y causas de actuar de los órganos de seguridad. Que la producción agropecuaria, pesquera, y de otros rubros  ha sido tan deprimente   como la actual. Que esos camiones y camionetas destartaladas fueron siempre las que prestaron servicio de transporte público. Que lo que ganas nunca te ha alcanzado ni para medio comer como ahora.  Que el turismo en un país con extraordinarias bellezas naturales como el nuestro siempre estuvo tan decaído y abstracto como en la actualidad. Que los inversionistas nunca se sintieron atraídos por los emprendimientos y fortalecimiento de nuevos negocios.  En fin son tantas cosas, que además, con tanta mediatización,  muchos de nuestros jóvenes de hoy, puedan creer y hasta sentirse tranquilos de pensar que antes todo era igual y sus padres crecieron y se formaron.

II

Pero no, eso no es verdad, este país no era así. Venezuela era un país de fortaleza, de crecimiento sostenido. De indicadores básicos de una economía fuerte. De inversiones permanentes, donde hasta quienes no teníamos importantes medios económicos podíamos emprender pequeños negocios o fábricas de carácter rentable para la estabilidad familiar. Hacer o adquirir nuestros bienes elementales y de consumo, comprar o construir  una casita medianamente modesta. Eso sí, sin el temor a ser matraqueado o extorsionado, bien por funcionarios de cuerpos de seguridad con uniforme y todo o por elementos que responden a intereses irregulares pero igualmente amparados desde esferas gubernamentales.  Paulatinamente se vino imponiendo esta deformante escoria  que hoy nos está acogotando el desenvolvimiento normal de nuestras vidas  y la cual muchos incluso conscientes de esta  terrible realidad se empeñan en negar sólo por acomodaticios intereses.

III

“Moral y luces son nuestras primeras necesidades” dijo Bolívar en un momento de altísima reflexión de su agitada vida. Y cuanta falta hace aunque sea una “ñinguita” que esa frase reflexiva bolivariana, tocara la conciencia de la dirigencia política actual, donde la moral y mucho más la luz, la visión, la ética y el respeto parecen haber desaparecido del pensamiento y el accionar. Antes una Cadena Nacional Presidencial, para los medios, era un hecho de interés colectivo y jamás se escuchaba en radio o televisión, a esos de la “cuarta” como se les llama despectivamente en la “quinta” a quienes gobernaron hasta 1999,  decir groserías o proferir insultos a quienes no estuviesen en concordancia con sus  posturas ideológicas o actuaciones políticas. Se imponía el respeto por el que estaba afuera y no eran cadenas fluctúas de largas peroratas, sólo para lo necesario que se pretendía anunciar y ya. Como debe ser. De allí el interés general que despertaba. Pero hoy estamos encadenados permanentemente de cualquier forma, que hasta nos han atado  el porvenir de nuestra juventud. El círculo se llena de vicios y de podredumbre. Este presente se llama “El vivir viviendo con la mayor suma de felicidad posible”. Célebres frases para estos tiempos. Qué tristeza da, de lo que era Venezuela a como la tienen.

San Diego de Cabrutica, julio de 2019