Ronald R. Rodríguez Barrios / ECS
ANACO. La normalidad ha regresado a las calles de Anaco. Al menos se han vuelto a notar a los carros circulando, lo que indica que la localidad ha superado los molestos momentos que ocasionó la falla de abastecimiento de gasolina.
A pesar de que persisten problemas de otra índole, a los ciudadanos que tienen el privilegio de disponer de un vehículo en el que trasladarse se les nota otro semblante. Quizás por sentir “un peso menos” ya que la engorrosa situación generó especulación y otras penurias.
Katherine Perdomo duerma “más tranquila” porque ya no tiene que amanecer en una cola frente a las estaciones de servicio con los riesgos que eso supone, tanto para la vida de ella y su familia como para con el automotor.
“Al menos se solventó lo de la gasolina, es un problema menos con el que lidiar” comentó la mujer de 27 años de edad, que dice “necesitar” el cuatro ruedas para trasladar a sus hijos al colegio, llevar al marido al trabajo y después ir a buscar alimentos.
Con el final, por ahora, de la escacez del combustible la ciudadanía deja de estar expuesta a los grupos de sujetos que se estaban dedicando a comercializar el derivado del hidrocarburo a precios exorbitantes en total impunidad.
Superada esta circunstancia, los cuerpos de seguridad podrán dedicarse a atender otras áreas sin tener que disponer de recursos humanos y de herramientas para garantizar la vida de las personas, y de sus bienes, en las filas de coches que se formaban en las inmediaciones de las estaciones de servicio anaquense, al centro del estado Anzoátegui, notorios a pesar de los esfuerzos de la casta política para ocultarlas a la vista de la población.
Para el transporte público también supone un alivio. Se supo que entre los propietarios, líneas y cooperativas que prestan servicios trasladando a seres humanos, tanto en las zonas urbanas como en las extraurbanas, consideraban ejecutar otro incremento del pasaje considerando los costos que había que cancelar de manera clandestina para obtener un poco de gasolina.
A pesar de que a las calles han retornado los ruidos de los motores, se percibe entre la población de un mejor semblante, lo que no quiere decir que aún hayan reclamos en torno a problemas como los que representan las fallas eléctricas, de surtimiento de agua, delincuencia y control de precios, entre otros.
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