EL TIGRE. “Si los animales que fueron rescatados con vida del incendio que se propagó por más de dos semanas en la selva de la Amazonía brasileña, los traen y los sueltan en el cementerio municipal de El Tigre, rápidamente se aclimatarían al hábitat, ya que este camposanto es una verdadera selva”, así lo expresó Lourdes Guayapero, al momento de cuestionaba el estado de abandono en que se encuentra el sitio público destinado para la última morada de los difuntos en el municipio  Simón Rodríguez.

Guayapero, quien se encontraba junto a otros familiares, visitando y haciéndole limpieza a la turma de su padre en el extremo norte intermedio del cementerio de El Tigre, que el monte, los arbustos y los pajonales han tapado las tumbas. El monte supedita las capillas. “uno limpia alrededor de donde está esto, el panteón, y de todas maneras las tumbas no se ven, quedan perdidas entre tanto monte”.

Agregó el montarazcal favorece entre de las tinieblas  en que se convierte el cementerio en horas de la noche para que los necrodelincuentes se roben las tumbas y los brujos extraigan los cadáveres de las fosas.

Por su parte, Luis Camejo, otro de los visitantes del cementerio municipal de El Tigre, denunció que así como hay arbustos, maleza y desperdicios dentro del cementerio, señaló que la delincuencia es otro de los más graves problemas a los que se exponen quienes tienen familiares o amigos allí sepultados. “Una vez que entras al cementerio y de apartas hacia alguno de sus extremos, tienes que abrir no dos ojos, sino cuatro ojos, porque de cualquier mogote te salta un ladrón”.

Tanto Camejo como Guayapero coincidieron en hacerle un llamado al alcalde Ernesto Raydán para que ordené la limpieza del cementerio municipal. De lo contrario, dentro de poco tiempo será una especie de ciudad perdida, que sólo le interesará a los antropólogos y paleontólogos”.

Fuente: Mundo Oriental.