José “Cheo” Salazar:
Los dinosaurios y el relevo político

“Todas las madres quieren que sus hijos crezcan y se hagan presidentes, pero no quieren que mientras tanto se conviertan en políticos”

 

John F. Kennedy (1917 – 1963)

Trigésimo quinto presidente de EEUU.

Las redes sociales nos han permitido emitir nuestras opiniones y criticas sin restricciones. Es una inédita situación muy positiva, sobre todo cuando estamos ante un régimen usurpador que ha asfixiado, domesticado y secuestrado los medios de comunicación tradicional. La libertad de expresión, con la autopista de la información, recobró nuevos bríos. No todo lo que se publica es veraz, pero es mejor al silencio y la opacidad. Lo recomendable es darle buen uso.

En todo caso, la gente no es tonta, sabe discriminar y le da crédito a lo que está bien fundamentado y sustentado. Las redes sociales son foros abiertos para intercambiar ideas y dar debates de interés, no sólo para los participantes y en muchos casos de la opinión pública en general. En esas interesantes e incesantes fijaciones de criterios, hay uno que llama la atención y que se refiere a los llamados dinosaurios de la política. Obvian que hubo, según los paleontólogos, ejemplares bebe. Uno entiende.

Lo interesante es que, para criticar e intentar descalificar a quienes hemos entregado nuestras vidas al sacrificado, difícil y útil ejercicio de la política, los aspirantes e incipientes nuevos participantes en esa apasionante actividad de servicio público, nos llaman dinosaurios y pretenden desaparecer a todos para ellos reinar, sin formación y calificación, sobre las cenizas de los fósiles. Eso no es malo per se, lo incorrecto es que no se ganen el reconocimiento del colectivo luchando, estudiando y preparándose en el medio dónde aspiran desarrollar su vida pública. En que no le guste el calor que no se acerque a la cocina.

No me parece prudente criticar a los políticos viejos, los cuales, con sus errores y aciertos, han puesto la carne en el asador. Hay que buscar relevarlos con un trabajo permanente y sacrificando. La política es una actividad vibrante que sirve para organizar, liderar y conducir la sociedad que aspiramos gobernar. Es una oportunidad para demostrar calidad humana, vocación de servicio, sensibilidad social y gerencia en los asuntos públicos. Eso requiere estudio, preparación e interpretar el sentir colectivo. No es fácil. Alcanzar la cúspide requiere transitar muchos obstáculos. A nadie le regalan nada.

Creo sin temor a equívocos que los jóvenes tienen en este momento histórico que vive (sufre) el país una brillante oportunidad para incursionar en la actividad política con seriedad, compromiso, responsabilidad y honestidad para convertirse en el necesario relevo. No es descalificando que se alcanzan posiciones. Es con trabajo y demostrando capacidad, equilibrio emocional y vocación de servicio. El implacable paso del tiempo se encarga de los dinosaurios.

Y esos espacios deben y tienen que ocuparse, pero hay hacerlo con inteligencia, laboriosidad y entrega total al servicio público. A nadie le llevarán el liderazgo a su cama. Hay que ganárselo con sacrificio y compromiso. Y nunca olvidéis la sabia enseñanza del libertador: “La gloria está en ser grande y ser útil” Los que quieren o aspiran ser importantes y no útiles deben, en mi criterio, abstenerse de incursionar en la actividad política.

Hay que asumir el reto. No hay que preguntar qué puede hacer el país por nosotros, somos nosotros los que podemos hacer mucho por el país y en medio de este desastre las condiciones objetivas están dadas para el relevo político. Adelante, por encima de las tumbas, adelante. Los grandes líderes se iniciaron muy jóvenes, se forjaron al fragor de la lucha y superaron todos los dinosaurios. Huelgan los ejemplos.