Javier Osto:
José Pérez y el “Jardín del tiempo”

Qué broma Poeta,  cómo  imaginar en aquellos tiempos ya  idos en la distancia de los años,  donde  la irreverencia de un enigma que uno mira en la juventud,  lo hace  pensar que el futuro  está plasmado de todas las oportunidades que se nos ofrecen seductoras, para que la adultez esté plena de satisfacciones y condiciones acorde con lo que nos  esforcemos en lograr  y alcanzar como seres humanos que aspiramos cada día avanzar hacia la prosperidad en el amplio sentido de la existencia. -El porvenir-.

I

 Cuántas ilusiones, delirantes quizás,  soñadoras tal vez, pero ilusiones al fin  en la temprana juventud, cuando pisábamos  la arena a medio sol, de aquellas calles polvorientas del barrio Simón Bolívar, joven también, en la pujanza de una ciudad que avanzaba  hacia su consagración como la gran ciudad del Sur Oriente venezolano. “Muchas veces la compañía sirvió para atravesar los días de estas calles o para meterse en el refugio de casas destechadas donde la tardes se convertía en otra vida y en otra voz. Días hermosos que hoy sólo el filo de sus esqueletos amuralla la memoria”. Cuanto se parece este introito del poeta “San Diego” a lo que era y ya no es,  ahora sólo es recuerdo.

II

Lo recuerda Poeta,  era el principio del “Jardín del tiempo”  ilusiones que deambulaban abrazando  principio revolucionarios en nuestros jóvenes corazones y ya entonces, cargando  los sueños del arte de escribir y expresar ideas impregnadas de esperanzas por ese “porvenir “, que juzgábamos nos esperaba paciente pero sin dobleces y nos aupaba hacia la rectitud, la honradez,  de ser  portadores de un mensaje de ejemplo y dignidad frente a todas las adversidades que pululaban y comulgan en medio de un mundo donde abunda la descomposición en sus diferentes extractos.    

III

Y cuantas oportunidades entonces: El Briceño Méndez, se podía hacer un periódico en un liceo, y surgió Cidibrimen,  el Ateneo de El Tigre, era un espacio para el quehacer permanente de la cultura, de allí salió la idea de Chiguaka, hechura del teclear de una maquinita de escribir, al calor de una casa a medio techar. “Antorcha” era un sendero de luz para quienes iniciábamos la travesía  de querer expresar nuestro propio pensamiento a través de la palabra escrita. Néstor Rojas, Marcos González,  Juan Manuel Muñoz “Moriche”, Tarek William Saab,  Milagros Mata Gil, y  tantos más.  Y usted Poeta, con todo el esfuerzo casi en sacrificio, (“tengo cicatrices imborrables de las tantas penurias vividas entre 1986 y 1990 cuando viajaba de El Tigre a Mérida para estudiar Letras en la ULA”), se fue a la Universidad. Era el avance.

IV

 

La ULA le abrió las puertas y desde allí, su lenguaje escrito fue creciendo y haciéndose estructura firme. Para entonces las universidades tenían sus propias editoriales. Había revistas y espacios para la creatividad literaria y promover cultural en sí, sin necesidad de un colorario político. Para los años 90, aquellos temas en la revista “Actual”, era todo una madeja de singular escénica.

V

Lubio Cardozo le prologó para el año 91 su “Jardín del tiempo” lleno de un lenguaje crítico a través del cuento, del entonces mundo actual.  Una vez hecho Licenciado en Letras, la función docente y la disposición abnegada por el conocimiento de la creación y la exploración de nuevos rumbos  lo lleva a la UDO de Margarita, (“desde mayo de 1991 hasta agosto de 2016. Tenía yo 24 años de edad”), donde por más de  25 años demuestra el compromiso innegable de su vocación, y contribuye a la fundación de revistas y medios para el desarrollo literario. Pero no se queda allí el Poeta y en España obtiene un Doctorado en Filología Hispánica, que aunado a una diversidad de libros publicados lo colocan como un importante artesano de nuestras letras y del pensamiento literario venezolano.

VI

Hoy día Poeta ¿Qué le parece? Muchas de esas inquietudes y realidades que observábamos  y criticamos en aquellos  tiempos del jardín de nuestro tiempo, y que en sus cuentos plasmo de manera sarcástica bajo la óptica de la aprensión, hoy son con mayor fuerza, con mayor atrocidad, también,  realidades  fatídicas donde muchos de nuestros intelectuales, profesionales  en cualquier rama y personas de pensamiento amplio y con visión y experiencia están enclaustrados en medio de un absurdo  y deprimente estado  de cosas, enfocadas en la retórica caótica y coercitiva alejadas de la Patria grande que para entonces soñábamos, a la cual han imbuido en escándalos de corrupción y pobreza, al amparo de cogollos políticos y de una democracia de propaganda, convirtiendo a esa Venezuela bella que añoramos,  en el hazmerreír del mundo.    

 

San Diego de Cabrutica, agosto de 2019.