Ronald R. Rodríguez Barrios / ECS
Anaco.- Los venezolanos lo están pasando muy mal, y, aunque parezca exagerado comentarlo, la situación empeora cada segundo que pasa, de manera literal. En cualquier país civilizado semejante desastre económico y social provocaría que factores políticos serios conversaran para crear condiciones para proteger al pueblo. Ahí está el detalle; seriedad, compromiso y responsabilidad de los bloques que pugnan por el poder.
En Venezuela nadie ignora que los problemas económicos se han acentuado producto de la crisis política que ha marcado profundamente los tiempos recientes de la histórica contemporánea del país. El enfrentamiento sin cuartel entre el oficialismo y la oposición ha generado condiciones de vida paupérrimas.
En ambas tendencias sobran actores que rechazan llegar a un acuerdo con la contraparte, y trabajan con ahínco para evitar que los contendientes se sienten a conversar, negociar y, al final, alcanzar un mínimo acuerdo que mejore la calidad de vida de la población, cuestión está que debería de ser prioritaria para la dirigencia política nacional.
Pedro Luis Romero, taxista y seguidor del Presidente Nicolás Maduro, es enfático cuando responsabiliza a la oposición de la pobreza galopante que ataca a los compatriotas. Este anaquense de 50 años de edad asegura que “la ambición desmedida de los imperialistas están acabando con el país” y pide a los revolucionarios “prepararse para dar la mamá de las batallas”.
El rojito reconoce que “la situación está muy mala” y se atreve a presagiar “por los vientos que soplan, que no va mejorar sino todo lo contrario”. “Las sanciones de los Estados Unidos van a terminar por matar al pueblo” advirtió.
Afecta hasta los tuétanos por el liderazgo del Presidente de la Asamblea Nacional, diputado Juan Guaido, Rosanny Lugo califica de “irresponsable” la actitud del Ejecutivo venezolano a quien responsabiliza al “régimen socialista del hambre que está fulminando a la gente”.
Palos para todos
Estas son las opiniones que expresan la mayoría de los fanáticos de los dos bloques. Sin embargo otras voces suenan y cada vez a un nivel más alto. Claudia Ricaurte, universitaria e “independiente” observa “síntomas de belicismo, intransigencia y arrogancia” en oficialistas y opositores que “trabajan sin pensar en los más necesitados”. Por el lado de los chavistas pronunció los nombres de Diosdado Cabello y por la “banda antagónica” a María Corina Machado.
“El pueblo reclama diálogo, negociación y acuerdos” apuntó la joven de 21 años de edad. Comentarios semejantes, aunque con algunos matices, dijo Rafael Quiroga, trabajador del campo, quien “no quiere que regresen los nefastos días de la cuarta república” por lo que “sugiere” a los revolucionarios “volver las caras hacia el pueblo”.
El mea culpa de parte de la gente del Frente Amplio Venezuela Libre, concertación que pretende ponerle fin a la presidencia de Maduro, viene de parte de la comerciante Beatriz Noguera. “Hay que sentarse a buscarle solución a la crisis económica con quien sea” a la vez que aceptó que “los errores de la oposición también han alimentado el problema”.
Todos los entrevistados concordaron en que el tamaño del lio es tal que “tarde o temprano” los representantes de Maduro y Guaidó tendrán que verse las caras y trabajar juntos. “Esperemos que no dejen para mañana lo que deben hacer hoy” apuntilló Ricaurte.