La Corte Suprema de Estados Unidos acordó el viernes examinar una ley de Luisiana, acusada de restringir el acceso al aborto, es un caso delicado que probarán los nueve jueces designados por Donald Trump.
El gabinete de jueces nombrado por el mandatario norteamericano profundizaron la investigación de una ley, acogida en 2014, en el estado del sur de norteamérica, a la que había bloqueado su entrada el invierno pasado.
Según los defensores del derecho al aborto, estas condiciones son demasiado drásticas y solo un médico y una clínica podrán continuar practicando abortos en todo el estado.
Luisiana justificó la medida mencionando los riesgos de complicaciones y la necesidad, en caso de que surjan problemas, de transferir a pacientes a hospitales vecinos.