Ronald R. Rodríguez Barrios / ECS
ANACO. A todos los actores de la sociedad futbolística anaquense les parecía que el Deportivo Simón Bolívar Fútbol Club tenía amarrado el título de campeón del torneo, para adultos, que efectuó la Comuna Simón Orence, en la cancha Hugo Chávez de la avenida Mérida en la localidad gasífera.
El favoritismo de los capitaneados por el siempre batallador Joelvis Rondón era tal que los demás equipos casi que luchaban para acceder a la fase final, sin tener mucho que ofrecer. Las altas probabilidades de que los bolivarianos volvieran a estelarizar los festejos no eran gratis. La presencia en el once del mejor delantero juvenil del momento, como lo es Kelwin Porras, invitaba al optimismo.
Además de Porras y Rondón, el elenco que estuvo dominando el fútbol municipal en el pasado reciente cuenta con figuras de la talla de Manuel Ramos, José Antonio Figuera, Héctor Adrián Martínez, Antonio Bonett y Hugo Pérez. Una autentica trabuca que quizás cometió el error de creerse la ancestral mantra del histórico entrenador argentino Helenio Herrera del FC Barcelona y el Inter de Milán de pensar que “ganarían sin bajarse del autobús”.
Debieron ser más cautos los hasta entonces campeones de Anaco porque en Cuiaca destaca la presencia del eterno Jhonny García, excapitano del Simón Bolívar, quien en su vida no ha conocido nunca el rostro de la renuncia. Y es que Jhonny como George García, Beethoven Malavé, Edicxon López y Adán Cardozo son astillas del mismo árbol bolivariano, a los que hay que agregarle el aporte de Pedro Moisés González, un CRACK en todos los sentidos.
Jhonny Fútbol Club saldría fiel al estilo que le caracteriza: Garra, coraje, determinación, espíritu de lucha y ambición deportiva. Todo lo demás es lujo. Y gracias a ese libreto fue que Cuiaca arruinó la fiesta que tenía encendida desde hace una semana el teórico favorito.
“Goliat” volvió a caer
Pero en la cancha sobran las palabras. Habla el fútbol. El balón dicta las normas. 11 x 11. Hombría. Y eso lo interpretó mejor el Cuerpo Técnico de Cuiaca, quien fue exigido por la humilde condición de administrar las sinergias del equipo David frente al supuesto “Goliat”. De nuevo, y como siempre, el gigante bíblico volvió a morder el polvo de la derrota.
Bastaron dos goles para ponerle fin a la impecable trayectoria que en finales venía fabricando el Simón Bolívar. De los botines de Edison Mata llegaron el par anotaciones que firmaron la sentencia. La primera diana cayó en los albores del encuentro. Pifiaron los centrales frente al impresionante talento que no desaprovechó el obsequio de la zaga que aún no encuentra argumentos. Típico de los “grandes”.
Así, la acostumbrada foto final del torneo, que se escenificó el pasado sábado en punto de las 6pm, cambió de protagonista y permitió que Cuiaca celebrase con todos los hierros. ¡¡¡Dios salve a los campeones!!!
Foto: R. R. Rodríguez Barrios