El organismo humano funciona de diferentes modos día y noche, gracias a la regulación del ritmo circadiano encargado de liberar sustancias que mantienen a la gente activa y, en su momento, la ponen a descansar.
El ritmo circadiano lo determina la luz natural y cuando lo altera hay consecuencias en la salud.
Los cambios alteran la naturaleza y, a medida que se pasa más y más tiempo en interiores, las personas son más propensas a sufrir padecimientos por la falta de iluminación adecuada.
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Medidas de iluminación
Una forma de saber qué tipo de iluminación es la mejor es usando la escala Kelvin:
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Luz neutra: es la que asemeja a la natural. El uso de blanco neutro es adecuado para oficinas, porque tiene efectos positivos en el estado de ánimo. En casas es recomendada para estudios, áreas de lectura o generales.
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Luz cálida: la emiten focos incandescentes, halógenos; crea espacios acogedores y estimula el descanso y la relajación. Suele usarse en dormitorios, salas o comedores.
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Luz fría: se recomienda en lugares donde hay mucho movimiento o tránsito continuo como baño o cocina, así como zonas más oscuras: entrada de una casa, pasillos y escaleras.
Para conseguir un buen nivel de confort visual se debe establecer un equilibrio entre la cantidad, la calidad y la estabilidad de la luz, de tal manera que se logre una ausencia de reflejos y de parpadeo, uniformidad en la iluminación y ausencia de contrastes excesivos, según datos ofrecidos por Havells Sylvania.
Una iluminación incorrecta puede ser causa, además, de posturas inadecuadas que a la larga generan alteraciones músculo-esqueléticas y otros efectos en el organismo.
Fuente: https://www.elnacional.com