La ira popular estalló el jueves cuando las autoridades anunciaron la imposición de una tasa a los mensajes instantáneos que ofrecen aplicaciones como Whatsapp.
El intento del Gobierno libanés de aplicar una tasa diaria de 20 centavos de dólar a las llamadas de voz hechas por redes sociales como WhatsApp, Víber o Facebook; fue el detonante que aunado a otras exigencias que enarbolan los manifestantes desde hace un mes a convocar una huelga general en todo el país.
Los manifestantes acusan a la élite política de saquear el país y llevarlo a la quiebra económica.
El primer ministro del Líbano, Saad Hariri, envió un mensaje televisivo en el que pide una respuesta de los socios de gobierno, y que esta debe ser "explícita, concreta y final, que me convenza a mí, a los libaneses, a la comunidad internacional y a todos los que expresan su enfado en la calle hoy" dijo desmarcandose de cualquier responsabilidad por el caos que enfrenta el país.
Hariri se situó del lado de los manifestantes; "El dolor de los libaneses es verdadero y lo veo y apoyo cualquier movimiento para expresarlo", manifestó el primer ministro. Ademas indicó que hay "un enfado verdadero" que explotó en la calle, y que la gente ha dado "más de una oportunidad" a los políticos para hacer reformas.
Miles de personas siguen acampando en el centro de la capital, mientras que en otras regiones del norte, este, sur y centro del país, las carreteras y autopistas están bloqueadas con neumáticos quemados, según la La Agencia Nacional de Noticias (ANN).