Ronald R. Rodríguez Barrios / ECS
Anaco.- Los precios que presentan las harinas en la población de Anaco tienen “deprimidas” a las familias anaquenses. El producto con el que se preparan las populares arepas se ubica muy lejos del alcance de la mayoría de los compradores.
Tanto en las presentaciones artesanales como industriales “la harina está carísima” se quejó Amanda Rios, que se gana la vida como doméstica. La mujer de 30 años de edad y madre de una cuasi bachiller y un niño de 10 años de edad, “ya no sabe qué comprar para alimentar a sus retoños”.
“La harina más popular de todos está por encima de los 20 mil Bolívares Soberanos (BsS), o sea un dólar” aseveró la mujer a la que el sueldo no le alcanza para llevar los cinco kilos semanales que utiliza.
“Preparo arepa para desayunar, almorzar y cenar” comentó Rios que también tiene la responsabilidad de cuidar de un par de sobrinos y de la mujer que le dio la vida. “Mi papá, mi esposo y mi hermana se fueron del país y lo que mandan de dinero cada vez rinde menos”.
Escuchar a Rios es como oír también el testimonio de Margarita de Hernández, en cuyo hogar la harina de maíz “no tiene sustituto”. “Hago arepas porque es el alimento perfecto y tradicional de los venezolanos, llena, alimenta y rinde con todo” comentó la progenitora de tres menores de edad.
Las harinas artesanales que se habían constituido en una opción popular han dejado de serlo. El kilo está en los 15 mil “soberanos”. El problema con este coste es que no es definitivo ni está regulado. “Sube cada semana, la diferencia con el precio del producto industrial es cada vez menor” apuntó Yoleida Marcano que llevaba par de empaques de una presentación nacional que tenía un valor accesible.
Marcano pidió a los productores artesanales “no dejarse llevar por la ambición y pensar un poquito en el pueblo” ya que la fémina considera que “la harina para hacer arepas, bollos y empanadas es fundamental y vital para los anaquenses”.
Las tres declarantes reclamaron a las instituciones gubernamentales “velar por las necesidades alimentarias del pueblo”. Calificaron a los especuladores de “traidores de la patria”.