Ronald R. Rodríguez Barrios / ECS
Anaco.- Los anaquenses que militan en la idea de que el final de crisis iniciará cuando se produzca en el país un cambio de gobierno abandonaron las calles. No porque hayan mudado de idea, sino porque ya no tienen esperanza de ver un cambio en la presidencia de Venezuela.
Centenares de fotografías en las redes sociales es, al parecer, lo único que dejaron las manifestaciones celebradas en el centro de la avenida Francisco de Miranda, en la ciudad de Anaco. Recuerdos de días añejados a la misma sorprendente velocidad en que se alteran los precios en Venezuela. Ahora a los anaquenses le cuesta mucho volver a las calles para expresar su descontento en pacíficas protestas ciudadanas.
De aquellos días Raquel Guevara añora la alegría que sentía cuando constaba que no era la única estudiante que estaban dispuestos a hacer algo más que quejarse por un mejor país. “Era maravilloso ver a tantas personas en las calles haciendo sentir la inconformidad con la situación económica” remembró nostálgica la universitaria.
Hoy, la chica de 22 años de edad no tiene en sus planes volver a marchar. Está concentrada en obtener los documentos exigidos para instalarse fuera del país. “El gobierno de Venezuela es malo y la oposición no es mejor” sentenció la chica que abandonará, de momento, sus estudios de derecho.
“Venezuela no va a cambiar porque la élite política que está liderando al país no trabajan por la gente, están pendientes de cuidar sus intereses y satisfacer sus ambiciones personales” indicó.
José Miguel Torres, vendedor ambulante, se frotaba las manos entusiasmado cuando la seccional anaquense del llamado Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL) convocaba a concentraciones, marchas y todo tipo de manifestaciones.
“Hay que hacerle ver al gobierno de Maduro y a la comunidad internacional que los venezolanos estamos molestos por las indignas condiciones de vida a la que no están sometiendo los corruptos” dijo el hombre de 32 años de edad.
Un día se dio cuenta que protestar no sirve de nada. “Mientras la dirigencia no se una y se ponga de acuerdo todo será en vano” advirtió Torres que cuestiona “la peleadera entre opositores” que olvidan que “el adversario de todos es Maduro”.
El cambio verdadero
En esa apreciación difiere Esperanza Oria, docente jubilada a la que la miserable situación económica que padece ha retomado la actividad tras habilitar un “saloncito” en el garaje hogareño para dar “clases de tarea dirigida”.
“El enemigo no es Maduro, ni su gente” apunta para de inmediato aclarar que “lo que hay que derrotar es a todas las formas de hacer política que se practican en Venezuela”. La abuela de 65 años de edad tiene claro que “no habrá cambio solo porque Maduro salga para dar paso a Juan Guaidó”.
“No se trata de el mismo quítate tú para ponerme yo de toda la vida” alertó la maestra que entiende que “mientras el pueblo este domesticado por bonos gubernamentales y cajas de alimentos tendremos a más políticos tratando de comprar a los venezolanos con esas limosnas”.